Estas fueron las notas que fui tomando día a día mientras caminaba. Notas que expresarían por primera vez mis sensaciones y experiencias vividas. Notas de un camino que me ayudo a conocerme mejor y a ver la vida
desde otro prisma. Notas escritas para mi, y Creo que ahora es el momento de compartirlas con los demás, y decir que hay un mundo en el que las palabras Compartir, Ayudar, Compañerismo, Amistad, hospitalidad, están a la orden del día.
Ese mundo es el Camino de Santiago.
Dia 1 –
Estoy en el metro que me llevara al Terminal de autobús, es hora punta y va lleno, la gente va a trabajar, van leyendo, durmiendo, mandando mensajes por el teléfono.
Yo estoy con mi mochila, mi compañera de viaje. Y pensamos en la suerte de ir en otra dirección, sin saber cuando regresaremos a casa, cuando regresaremos al mundo de la comodidad y el consumo.
En el Terminal hay poca gente, esta lloviendo, el día esta triste, pero no para mí.
Dejo la mochila en el maletero, solo subo con un folio en el que están escritas las distancias en km entre los pueblos, si tienen albergue, cafetería, otro tipo de alojamientos, y poco mas. Me lo entrego la gente de la asociación del Camino de Santiago en Bilbao. Dicen que el camino de Santiago es especial y que al regresar, ves las cosas de otra manera.
No se si veré las cosas de otra manera, pero lo que si se es que estoy muy ilusionado y espero que el cuerpo me aguante. De piernas estoy bien, de lo hombros salgo tocado. La mochila pesara 10 kilos y no llevo nada, lo justo.
Acaban de poner una película en el bus, es de John Travolta, se titula Acción Civil, esta guapa y la trama parece que es una señal en el día de mi comienzo del Camino de Santiago.
Hay dos chicos en el bus, también van con mochilas, esterilla y saco de dormir, llevan un plano del valle de echo en los pirineos, uno de mis valles favoritos en los pirineos.
El Bus llega a Pamplona, ahora tengo que agarrar otro bus para Roncesvalles. Ya tengo ganas de caminar.
He conocido a una pareja de Marsella, son peregrinos y regresan pues les acaban de robar todo en Estella. Iban a Saint Jean Pied de Port y de allí a casa a gestionar los dni y demás documentación. Luego tenían intención de Regresar otra vez a Estella y seguir el camino donde lo dejaron.
Llegar a Santiago, luego Finisterre, y de allí hacia Marruecos, Mauritania, Senegal, etc. Estaban los dos cortados, pero les he alegrado el día con un par de vinos y el chico en agradecimiento me ha regalado su concha, – la vieira – uno de los distintivos de un peregrino. Vieira que aun sigue atada a mi mochila desde ese día.
En Roncesvalles nos hemos separado, yo me quedo acá y ellos esperan que algún coche les lleve y se ponen a hacer auto-stop.
Entro en el bar del pueblo a tomar algo y ver el tema que hay. Nada mas verme entrar y verme las pintas que llevo me comentan que va a salir un taxi compartido hacia Saint Jean Pied de Port. Yo tengo intención de empezar en Roncesvalles, pues en el papel se supone que empieza el camino. Entro en una pequeña oficina donde hay que apuntarse para que te den el Credencial que acredite que eres un peregrino, credencial que debo llevar siempre conmigo. Hay bastante gente esperando, algunos hacen estiramientos, otros yoga. Hay un buen ambiente. Mientras espero mi turno Me cuentan que la etapa de Saint Jean Pied de Port a Roncesvalles es la mas dura del camino, pues hay que atravesar los pirineos y son 1200 metros de desnivel y 27 kilómetros. Ocho horas
de caminar.
Como todavía no me han atendido, salgo a ver si sigue la gente que me ha propuesto ir en el taxi. No se que hacer, pero me encamino hacia el bar. Me dicen que el taxi cobra 28 euros y conmigo somos 5 pasajeros ( 2 de Canadá, un brasileño, un gallego y yo ).El Taxi es una Mercedes tipo Vito de color blanco y para 7 pasajeros. Me decido a ir con ellos. Cargamos las mochilas y partimos. A 8 kilómetros de Saint Jean Pied de Port aparecen los chicos de Marsella, le cuento la historia al taxista, que para, y les lleva con nosotros hasta el pueblo. En el Albergue municipal solo queda una plaza. El peregrino brasileño que queda y nosotros no vamos a una de las casas particulares que acogen a peregrinos. 10 euros la noche. La habitación es muy guapa, empezamos bien. Soy un echado palante.
Voy hacia un pequeño mirador en la parte de arriba del pueblo, me como un bocadillo para cenar y una manzana, y de postre un tarilo y a la cama. Mañana veré realmente como estoy.
Me veo bien, soy optimista, hay acá mucha gente, ¿estará esto lleno mañana? Hay que levantarse pronto, a las 6.30 de la mañana estará bien. Continua